El
verano en la playa de Las Teresitas es de lo más entretenido: la playa tiene la
longitud perfecta para pasear y la barra controla la fuerza de las mareas.
Pasamos de un mes de junio con poquísima gente a los días de calor sofocante en
que es mejor quedarse en casa por las aglomeraciones, pero lo más frecuente es
que en pleno verano haya mucha menos gente que en las playas del sur de
Tenerife. Además las medusas no nos han visitado con tanta frecuencia como en
toda la costa suroeste, desde El Médano hasta Los Gigantes. De todos modos,
cuando lo hacen se agradecería que las autoridades nos avisaran a los usuarios con carteles
bien visibles, como hacen en otras playas, y se evitarían muchas visitas al
puesto de Cruz Roja.
La playa de Las Teresitas tiene algunos días
el problema del viento. Entonces se hace imposible estar tumbado en la arena
por esas rachas tan molestas, que te llenan de arena y que hacen que la gente
improvise todo tipo de remedios para que no salgan volando sus pertenencias, en
especial la sombrilla por el peligro que supone para la gente.
Si se dan ustedes una vuelta por la orilla y
van observando cómo sujeta la gente sus sombrillas se encontrarán con ganchos
en el palo central para colgar los
bolsos, bolsas llenas de arena sujetas a cuerdas cosidas al borde de la tela,
piedras haciendo contrapeso y otros inventos similares.
Este
mes de agosto, mientras tomábamos el sol en la playa, vimos a una pareja instalada
bajo su sombrilla en sillas plegables.
Del borde de la tela de la sombrilla colgaban cuatro vientos, cuatro cuerdas de
las que tres estaban sueltas, al aire, sin peso que las sujetara. La cuarta
estaba tensa, pero no lográbamos ver lo que la mantenía así. De repente
descubrimos el ingenioso y peligroso sistema de anclaje y no pude resistir la
tentación de traerles estas fotos.
Cada vez que las veo me imagino la sombrilla elevándose por los aires con esa mujer, en plan Mary Poppins, colgando por la rodilla y el sombrero y la silla volando detrás de ella.
Cada vez que las veo me imagino la sombrilla elevándose por los aires con esa mujer, en plan Mary Poppins, colgando por la rodilla y el sombrero y la silla volando detrás de ella.
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