Recuerdo perfectamente cuándo fue la primera vez
que escuché esa palabra. Acabábamos de llegar a Fuerteventura para pasar un mes
de verano en una casa antigua que perteneció a la abuela paterna de mi marido y
que ahora disfrutan los nietos y bisnietos. Las tías solteras que la dejaron en
herencia a todos incluyeron unas instrucciones de uso que había que consultar a
la llegada y a la salida, para mantener un cierto orden, aprovechar el agua,
tan escasa en la isla, y proteger la casa.
Al llegar abrimos con nuestra llave y encontramos otra junto con las instrucciones, que comenzaban así: “Con esta llave hay que subir al sobrado, abrir la puerta y coger del escanillo el resto de llaves de la casa”. Y no sabíamos qué era un escanillo, yo creo que ni sabíamos lo que era el sobrado. Así que, después de revisar todo, tuvimos que llamar a la familia para descubrir que el escanillo era un cajoncito-escondite muy bien disimulado dentro de una gran caja de cedro en la que se guardaba la ropa.
Al llegar abrimos con nuestra llave y encontramos otra junto con las instrucciones, que comenzaban así: “Con esta llave hay que subir al sobrado, abrir la puerta y coger del escanillo el resto de llaves de la casa”. Y no sabíamos qué era un escanillo, yo creo que ni sabíamos lo que era el sobrado. Así que, después de revisar todo, tuvimos que llamar a la familia para descubrir que el escanillo era un cajoncito-escondite muy bien disimulado dentro de una gran caja de cedro en la que se guardaba la ropa.
Después de unos años anidada en
loquepasaentenerife.com, donde perdí la vergüenza inicial y me atreví a contar
cosas mías, a comentar restaurantes, tascas y guachinches, a recomendar
miradores de Tenerife, a compartir viajes y experiencias en el espacio y en el
tiempo y a poner fotos de todo eso y más, aquí estoy con mi totum revolutum
particular de profesora jubilada, playera, disfrutona, preocupada y expectante
ante los vaivenes de la vida. Los espero en elescanillo.blogspot.com.
Me encantará, Lolina, compartir contigo, igual que hemos compartido tanta vida, todos aquellos tesoros, recuerdos, momentos y anécdotas que encuentres en tu particular escanillo.
ResponderEliminarUn beso y larga vida a este blog.
Ahí estaremos, Jane, noveleras y entretenidas, como tiene que ser.
ResponderEliminarMaría José López Raymond Muchas felicidades, por su nuevo blog, lo visitaré encantadisima. Besos.
ResponderEliminarGracias, María José, por su fidelidad. besos.
EliminarLourdes Perez que bueno seguir aprendiendo contigo, me ha encantado, jijiji..bs
ResponderEliminarY qué bueno que me digas eso. Muchos besos.
EliminarMilo C Gómez Suerte en esta nueva andadura. Me encanta el nombre. Yo, en mi casa, tengo miles, pues como trinque un cuenquito, una cajita, una cestita...algo menudo, acaban siendo lugares en donde se guardan los adminículos más insospechados. No sé si la RAE los admitiría como escanillos. Bs
ResponderEliminarLa verdad es que cualquier sitio -eso sí, un poco oculto- donde guardes cosas varias puede considerarse un escanillo. ¡Bien nos gusta acumular cosas, Milo! Besos.
EliminarJosé Miguel Junco Ezquerra Precioso nombre. Te seguiremos. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Junco, no sabes cuánto me alegra tenerlos por aquí. Un abrazo fuerte.
Eliminar¡Qué gusto, Lolina, seguirte por este lado bloggero de la Red!. Bienvenida, pues, y aquí tienes a otra seguidora fiel que, gracias a ti, se acaba de enterar de qué es un escanillo. Bonita palabra por su eufonía y por su significado tan sugerente. No dudo del éxito que vas a tener. Un abrazo cordial.
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